Hace más de 10.000 años que el hombre comenzó a realizar transportes a través del agua. Y, gracias a la evolución del conocimiento y la tecnología, hemos mejorado el transporte marítimo hasta tener sofisticados buques y avanzadas terminales portuarias. A día de hoy, y según estimaciones, el 90% de los productos se transportan vía marítima y es el sistema de transporte más utilizado en el comercio internacional. Esta apuesta por el transporte marítimo, señala José Luis Almazán Palomino, gestor e inversor de activos Portuarios, «se debe a la gran capacidad de carga de los buques modernos. Con esto, el coste de transporte de mercancías es menor y muy competitivo frente a otras opciones de transporte».
Las terminales portuarias son unidades de gestión dotadas de infraestructura adecuada. Han sido creadas para realizar las actividades portuarias de carga – descarga, estiba – desestiba en los puertos y buques atracados. Dentro de la infraestructura de la terminal portuaria pueden estar, además, las áreas de depósito temporal de la mercancía.
Las terminales de contenedores
Existen diferentes tipos de terminales portuarias, en función al tipo de mercancías a las que se atiende en la terminal correspondiente. Estas pueden ser granel sólido o líquido, pasajeros, pesca o mercancía general. Esta última actualmente más común como terminal de contenedores que como la clásica de mercancía general multipropósito del pasado.
El tráfico mundial de contenedores ha ido aumentando notablemente una vez realizada la estandarización de la mercancía general. Dicha homogeneización se ha dado en unidades de carga: contenedores de 20 pies, TEU o Twenty-Foot Equivalent Unit o de 40 pies, 2 TEUS. Se ha llevado así a partir de los años sesenta hasta llegar a representar un tercio del comercio marítimo dentro del tráfico que se produce actualmente. La estandarización de la unidad de carga, el contenedor doble o simple, ha supuesto una auténtica revolución en el comercio marítimo. Esto al poder fraccionar la carga, manteniendo la unidad en su manipulación.
En relación a la generación de valor en el negocio de las terminales de contenedores y el crecimiento de estos tráficos, José Luis Almazán refleja las claves del sector en su libro «La creación de valor en la gestión de terminales de contenedores en el sistema portuario español”, publicado durante su gestión como Director del Puerto de Melilla.
En el ejemplar, editado por Puertos del Estado, José Luis Almazán señalaba ya en el 2011, que “para el crecimiento del tráfico de mercancía general contenerizada en los puertos, es necesario formar parte de la red de transporte intermodal, donde las conexiones a la red ferroviaria de mercancías pueden ser fundamentales, salvo para los tráficos de transbordo».
Los puertos que tienen este tipo de terminales especializadas en carga y descarga de contenedores y operaciones de trasbordo atienden satisfactoriamente las necesidades de su hinterland. Una vez descargados los contenedores son almacenados y apilados por módulos. Y tienen una identificación precisa de su posición, a fin de localizarlos para transportarlos en otros modos de transporte como camión, ferrocarril o buques. Una de las materias en que es experto José Luis Almazán Palomino, según lo refleja en su libro.
Dos tipos de terminales de contenedores que pueden convivir
Dentro de las terminales de contenedores existen dos tipos de tráficos bien diferenciados. Por un lado, los de trasbordo, donde estos depósitos pasan de un barco a otro sin salir del recinto portuario. Y de otra parte están los que corresponden a tráficos que atienden las necesidades de productores y consumidores. En ellos, el contenedor utiliza la terminal portuaria para entrar o para salir, pero encuentra su origen o su destino fuera del recinto portuario. Estos últimos tráficos son los que generan mayor riqueza en el territorio al que sirven, también se denominan Gateway.
A estos puertos, ubicados generalmente en zonas industriales y/o de consumo, se les conoce también como Import/Export. Tienen un potente hinterland que genera grandes cargas o que tiene gran consumo.
Otro aspecto a destacar es la distribución de las zonas de una terminal portuaria de contenedores. Están formadas por el área de operaciones entre el buque y el muelle y la zona de transporte horizontal de contenedores. De igual forma, por las superficies de almacenamiento y la zona de conexión con los medios de transporte terrestre para acceder al hinterland. Dentro de la clasificación de grandes terminales de contenedores destacan las terminales Chinas, como la del Puerto de Shanghái, o la de Singapur. También sobresalen las del Puerto de Roterdam en Europa, o las de Los Ángeles en EEUU, como ejemplos.
La antigua terminal de carga genérica
Antiguamente, las terminales más comunes eran las terminales de carga genérica, incluyendo pasajeros y carga. Con las áreas de atraque, para uso general, se permitía cierta manipulación de carga general suelta y carga en pequeñas unidades para el transporte. Además, tenían la capacidad de ser manipuladas por un hombre o dos. Estas antiguas, las terminales polivalentes, nada tienen que ver con las actuales instalaciones portuarias. Hoy en día son infraestructuras especializadas, que permiten la manipulación, carga y descarga a ritmos inimaginables en el pasado.
Este tipo de terminales llamadas multipropósito existen aún en obsoletos puertos no especializados, y en países poco desarrollados. En ellas no se trabaja un solo producto, por lo que sus instalaciones manejan varias cargas. Para la carga y descarga, se utilizan en los puertos USA las grúas de los buques, en vez de las de los muelles como ocurre en Europa.