El modelo de gestión portuaria en España es un tema de interés general para José Luis Almazán. Además, suscita diferentes puntos de vista sobre la forma más adecuada para explotar los puertos. Y más aún durante la crisis del suministro del transporte marítimo portuario acontecido después de la pandemia.

 Ante los nuevos retos surgidos en el ámbito marítimo portuario español, las Autoridades Portuarias tienen que hacer frente a aspectos muy diferentes como es la incidencia de la gestión portuaria, el flujo del comercio internacional, la liberalización del transporte marítimo, trabajar para flexibilizar y desregularizar algunos servicios, la centralización geográfica en los grandes puertos y también atender al fenómeno de la concentración de las  empresas.

Los modelos de gestión portuaria

Según la información del Banco Mundial en relación a los procesos de reforma de la organización portuaria son cuatro los tipos de modelos de gobierno portuario. El Landlord Port, el puerto público o el Service Port, el Tool Port o puerto de herramientas, y el puerto privado. Actualmente el modelo de gestión portuaria más extendido en España es el denominado Landlord. Este modelo se ejecuta bajo una entidad del Estado como propietaria del terreno. Esta entidad estatal a través de un contrato de concesión, cede la explotación y la gestión de las infraestructuras a una empresa privada, pública ó a una empresa mixta. En este modelo de gestión portuaria, la cesión depende de la legislación a aplicar en cada caso concreto.

En el modelo Service Port tanto la propiedad como la planificación, la gestión y la explotación están en manos del sector público. El estado es dueño del terreno, de la infraestructura y provee los servicios portuarios.

José Luis Almazán y los Modelos de Explotación Portuaria

Hay que tener en cuenta que los servicios portuarios son los que generan la mayor parte del coste. Teniendo esto en cuenta, es conveniente proponer medidas para mejorar las condiciones de prestación del servicio. También sería necesaria una reducción de los costes en el tránsito de la mercancía portuaria. Actualmente, podemos ver que los modelos de explotación y de gestión han ido evolucionando hacia un nuevo modelo portuario.

El proyecto en el Puerto de Melilla

Se puede observar que el sector portuario se ha abierto en lo que se refiere a la prestación de los servicios y al régimen de licencias. En este contexto, el proyecto de generación de suelo ejecutado en el Puerto de Melilla, aumentó la rentabilidad económica. Este proyecto, proyectado bajo la dirección de José Luís Almazán, favorecerá al tejido empresarial y el desarrollo económico. Al mismo tiempo, generó impacto social con la creación de 4000 puestos de trabajo. Para ello, se deberían adoptar acciones de reubicación de las industrias al puerto de Melilla y disponer de suelo. Esta ampliación permitió exportar mercancías a la Unión Europea sin aranceles y sin cupo. Además dicho proyecto, proyectaba la creación de una terminal de contenedores para el trasbordo. 

 

La competitividad como garantía de la rentabilidad económica portuaria 

Independientemente del modelo de explotación portuaria, apostar por la competitividad es  trabajar para mejorar la optimización de los servicios en los puertos. José Luis Almazán es socio director de Ocean Capital Partners (OCP). OCP se dedica a operar e invertir en puertos deportivos y terminales de pasajeros. Esta empresa, junto a IGY, ha iniciado un proyecto de construcción de una dársena en el puerto de Málaga. Esta nueva obra aportará mejoras en la infraestructura de la marina. Se trata de un proyecto transformador en los muelles número 1 y 2 del puerto de Málaga para albergar hasta 31 barcos, asimismo de gran calado económico para la ciudad y también de repercusión en el Estrecho de Gibraltar. «Supondrá un salto cualitativo para la industria náutica en una de las ciudades más pujantes de España”- señala Almazán.

El proyecto tendrá un impacto aproximado de 104 millones de euros al año para la ciudad de Málaga. Además, se estima que creará más de 800 puestos de trabajo. La terminal va acoger a embarcaciones de 24 a 180 metros de eslora con sistema de seguridad IPS, Wi-Fi, bombeo,  gestión de residuos y potencia en las instalaciones de 2000 amperios para poder ofrecer electricidad a los barcos que amarren en invierno o en las escalas de tránsito estival.